lunes, 24 de noviembre de 2008

APENAS Y A PENAS

Pensó
ojalá que no
pero esta vez acaso sea la última.

Con el deseo más tierno que otras noches
tentó las piernas de la mujer nueva
que afortunadamente no eran de carrera
posó toda su palma sobre la hierbabuena
y sintió que su mano agradecía
viajó moroso y sabio por el vientre
se conmovió con valles y colinas
se demoró en el flanco y su hondonada
que siempre era su premio bienvenido
anduvo por los pechos eligiendo al azar
y allí se quedó un rato descifrando
con el pulgar y el índice reconoció los labios
que afortunadamente no eran de coral
y deslizó una mano por debajo del cuello
que afortunadamente no era de alabastro.

Pensó
ojalá que no
pero puede ser la última.

Y si después de todo
es la última vez.
Entonces cómo
cómo haré mañana
de donde sacaré la fuerza y el olvido
para tomar distancia de esta orografía
de esta comarca en paz
de esta patria ganada
apenas y a penas
a tiempo y a dulzura
a ráfagas de amor.

Mario Benedetti

lunes, 11 de agosto de 2008

Perdón

Aprovecho de pedir perdón a todos ustedes lectores, ya que al leer una sola de mis palabras, estoy aportando en sus vidas. Sea positiva o negativamente.
No quería subir este post, porque la idea no es clara, mi pensamiento se muestra mas bien ambiguo y ni yo puedo dilucidar qué quiero decir en realidad.
Buenas noches...


¿Por qué nos es tan difícil perdonar? Así como nuestra memoria no nos permite olvidar, deberíamos recordar todos lo errores que cometemos y las veces que pedimos perdón. Que característica más cruel, para otros y para nosotros mismos, el guardar y acumular, cual bola de nieve en descenso, el rencor por cada error de nuestros pares. ¿Por qué es tan difícil otorgar el perdón cuando también queremos ser perdonados? ¿Por que nos es tan fácil reconocer errores ajenos mas no los nuestros? ¿Cuál es la ganancia que se obtiene de la inherencia de nuestro rencor? ¿Es realmente inherente al ser humano o es un efecto secundario de nuestra evolución? ¿Por qué me cuesta tanto perdonar?

lunes, 14 de julio de 2008

domingo, 8 de junio de 2008

...de los días

Es increíble como las cosas pueden salir mal, y por favor que nadie me nombre a Murphy. Hoy día en la mañana iba tan abstraída del mundo (cosa que fue fácil con el mp4) que un tipo que me conoce casi dispara bengalas para que lo vea, y eso que estaba frente a mi. Algo importante debo haber estado pensando, a lo mejor usted lector dirá. Pero no. Sólo pensaba en como las cosas pueden salir mal.

Era un pensamiento inocente, trivial, ya que esa mañana me dije a mi misma: "Paula, te vas a arrepentir de sacar pie fuera de tu cama" y claro, cual oráculo, estoy completamente arrepentida, pues mi día estuvo lleno de malas noticias.

No especificaré que malas noticias fueron todas, pero con mi tormento interior acabé por cometer muchos errores, de los cuales ya no hay vuelta. Porque ya puse el punto final, porque mi orgullo no me permite retractarme y porque las heridas que fueron creadas dificilmente serán cerradas.

Si bien no estoy asumiendo culpas, tampoco me considero libre de ellas.

Un día puede, increíblemente salir mal. Y siempre que esto sucede me digo "para la próxima, no sacaré pie fuera de la cama", pero como la vida increíblemente puede ser mala, siempre me levanto y echo fuera las sábanas.

Amigo, sus palabras son miel para mis sentidos. Las cosas son hermosas no por lo que son intrínsecamente, sino que por su valor agregado, sobretodo sus palabras. Muchas gracias. Honestamente, y creo que concordarás conmigo, no merezco leerlas. No se arrepienta usted de hacer poesía.

Como este día aún puede terminar peor, aún reviso mi correo cada 2 minutos, para ver si es que hay definitivamente un adiós...

domingo, 1 de junio de 2008

Loading.....


Ya no hay caso conmigo, salgo de un trabajo que afectaba mi rendimiento intelectual, para ingresar a otro en el que no se necesitan neuronas, sólo saber leer...


Y bueno, ya no es culpa mía, pues soy muy jóven, aún sin ningún estudio superior, por lo que el campo laboral que se me ofrece es amplio, pero sin ninguna promesa de desarrollo cerebral...


No he podido terminar de leer el libro que me atormenta hace meses (Narciss Und Goldmund) y en realidad no leo ni siquiera el titular del periódico, me aturdo y mis neuronas sólo juegan al pillarse en mi espaciosa cabeza...


Definitivamente, mis neuronas ya sólo funcionan en horario de oficina...

domingo, 27 de abril de 2008

El peor día de mi vida (renombrado como "El día más aburrido de mi vida")


Lo que vendría siendo el peor día de mi vida es lo que se describe a continuación.

Un día domingo, casi llegando a fines del mes en curso (obvio) sin ningún peso en los bolsillos. Levantarse temprano a las 7 de la mañana, apurada porque luego de apagar el despertador me quedé dormida nuevamente. Correr hacia el metro con el estómago vacío y con dolor de cabeza. Los ojos casi llorosos por el impacto directo de la luz repentina. Llegar a mi lugar de trabajo, conectar los audífonos al teléfono y comenzar a escuchar los problemas de otros, que se supone que debo resolver yo. Intentar empatizar con una persona que ni me conoce ni yo a ella, pero que me puede describir con muchos insultos. Llegada mi hora de colación, vagar por la calle helada y yo sin chaqueta. Sin una moneda para comprar al menos una galleta, espero que pase mi hora. Llego luego a conectarme nuevamente. Un par de personas más me insulta antes de mi hora de salida. Y camino al metro con el estómago vacio, esperando llegar bien a casa, a pelear un rato con mis hermanos. Para luego terminar un día, que sé que al despertar mañana se repetirá. Eso sí, ya no será día domingo.

sábado, 26 de abril de 2008

El blog que usted intenta visualizar se encuentra fuera de servicio

Corte de servicio por sequía creativa

lunes, 7 de abril de 2008

Altazor

Vicente Huidobro, chileno.


PREFACIO



Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor.
Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata.
Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche.
Amo la noche, sombrero de todos los días.
La noche, la noche del día, del día al día siguiente.
Mi madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a caer. Tenía cabellos color de bandera y ojos llenos de navíos lejanos.
Una tarde, cogí mi paracaídas y dije: «Entre una estrella y dos golondrinas.» He aquí la muerte que se acerca como la tierra al globo que cae.
Mi madre bordaba lágrimas desiertas en los primeros arcoiris.
Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte.
El primer día encontré un pájaro desconocido que me dijo: «Si yo fuese dromedario no tendría sed. ¿Qué hora es?» Bebió las gotas de rocío de mis cabellos, me lanzó tres miradas y media y se alejó diciendo: «Adiós» con su pañuelo soberbio.
Hacia las dos aquel día, encontré un precioso aeroplano, lleno de escamas y caracoles. Buscaba un rincón del cielo donde guarecerse de la lluvia.
Allá lejos, todos los barcos anclados, en la tinta de la aurora. De pronto, comenzaron a desprenderse, uno a uno, arrastrando como pabellón jirones de aurora incontestable.
Junto con marcharse los últimos, la aurora desapareció tras algunas olas desmesuradamente infladas.
Entonces oí hablar al Creador, sin nombre, que es un simple hueco en el vacío, hermoso, como un ombligo.
«Hice un gran ruido y este ruido formó el océano y las olas del océano.
»Este ruido irá siempre pegado a las olas del mar y las olas del mar irán siempre pegadas a él, como los sellos en las tarjetas postales.
»Después tejí un largo bramante de rayos luminosos para coser los días uno a uno; los días que tienen un oriente legítimo y reconstituido, pero indiscutible.
»Después tracé la geografía de la tierra y las líneas de la mano.
»Después bebí un poco de cognac (a causa de la hidrografía).
»Después creé la boca y los labios de la boca, para aprisionar las sonrisas equívocas y los dientes de la boca, para vigilar las groserías que nos vienen a la boca.
»Creé la lengua de la boca que los hombres desviaron de su rol, haciéndola aprender a hablar... a ella, ella, la bella nadadora, desviada para siempre de su rol acuático y puramente acariciador.»
Mi paracaídas empezó a caer vertiginosamente. Tal es la fuerza de atracción de la muerte y del sepulcro abierto.
Podéis creerlo, la tumba tiene más poder que los ojos de la amada. La tumba abierta con todos sus imanes. Y esto te lo digo a ti, a ti que cuando sonríes haces pensar en el comienzo del mundo.
Mi paracaídas se enredó en una estrella apagada que seguía su órbita concienzudamente, como si ignorara la inutilidad de sus esfuerzos.
Y aprovechando este reposo bien ganado, comencé a llenar con profundos pensamientos las casillas de mi tablero:
«Los verdaderos poemas son incendios. La poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimientos de placer o de agonía.
»Se debe escribir en una lengua que no sea materna.
»Los cuatro puntos cardinales son tres: el sur y el norte.
»Un poema es una cosa que será.
»Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
»Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
»Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el viento.
»Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco.»
Tomo mi paracaídas, y del borde de mi estrella en marcha me lanzo a la atmósfera del último suspiro.
Ruedo interminablemente sobre las rocas de los sueños, ruedo entre las nubes de la muerte.
Encuentro a la Virgen sentada en una rosa, y me dice:
»Mira mis manos: son transparentes como las bombillas eléctricas. ¿Ves los filamentos de donde corre la sangre de mi luz intacta?
»Mira mi aureola. Tiene algunas saltaduras, lo que prueba mi ancianidad.
»Soy la Virgen, la Virgen sin mancha de tinta humana, la única que no lo sea a medias, y soy la capitana de las otras once mil que estaban en verdad demasiado restauradas.
»Hablo una lengua que llena los corazones según la ley de las nubes comunicantes.
»Digo siempre adiós, y me quedo.
»Ámame, hijo mío, pues adoro tu poesía y te enseñaré proezas aéreas.
»Tengo tanta necesidad de ternura, besa mis cabellos, los he lavado esta mañana en las nubes del alba y ahora quiero dormirme sobre el colchón de la neblina intermitente.
»Mis miradas son un alambre en el horizonte para el descanso de las golondrinas.
»Ámame.»
Me puse de rodillas en el espacio circular y la Virgen se elevó y vino a sentarse en mi paracaídas.
Me dormí y recité entonces mis más hermosos poemas.
Las llamas de mi poesía secaron los cabellos de la Virgen, que me dijo gracias y se alejó, sentada sobre su rosa blanda.
Y heme aquí, solo, como el pequeño huérfano de los naufragios anónimos.
Ah, qué hermoso..., qué hermoso.
Veo las montañas, los ríos, las selvas, el mar, los barcos, las flores y los caracoles.
Veo la noche y el día y el eje en que se juntan.
Ah, ah, soy Altazor, el gran poeta, sin caballo que coma alpiste, ni caliente su garganta con claro de luna, sino con mi pequeño paracaídas como un quitasol sobre los planetas.
De cada gota del sudor de mi frente hice nacer astros, que os dejo la tarea de bautizar como a botellas de vino.
Lo veo todo, tengo mi cerebro forjado en lenguas de profeta.
La montaña es el suspiro de Dios, ascendiendo en termómetro hinchado hasta tocar los pies de la amada.
Aquél que todo lo ha visto, que conoce todos los secretos sin ser Walt Whitman, pues jamás he tenido una barba blanca como las bellas enfermeras y los arroyos helados.
Aquél que oye durante la noche los martillos de los monederos falsos, que son solamente astrónomos activos.
Aquél que bebe el vaso caliente de la sabiduría después del diluvio obedeciendo a las palomas y que conoce la ruta de la fatiga, la estela hirviente que dejan los barcos.
Aquél que conoce los almacenes de recuerdos y de bellas estaciones olvidadas.
Él, el pastor de aeroplanos, el conductor de las noches extraviadas y de los ponientes amaestrados hacia los polos únicos.
Su queja es semejante a una red parpadeante de aerolitos sin testigo.
El día se levanta en su corazón y él baja los párpados para hacer la noche del reposo agrícola.
Lava sus manos en la mirada de Dios, y peina su cabellera como la luz y la cosecha de esas flacas espigas de la lluvia satisfecha.
Los gritos se alejan como un rebaño sobre las lomas cuando las estrellas duermen después de una noche de trabajo continuo.
El hermoso cazador frente al bebedero celeste para los pájaros sin corazón.
Sé triste tal cual las gacelas ante el infinito y los meteoros, tal cual los desiertos sin mirajes.
Hasta la llegada de una boca hinchada de besos para la vendimia del destierro.
Sé triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa.
Está quizá al extremo de tu canción próxima y será bella como la cascada en libertad y rica como la línea ecuatorial.
Sé triste, más triste que la rosa, la bella jaula de nuestras miradas y de las abejas sin experiencia.
La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer.
Vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit a nuestro nadir y dejamos el aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan mañana a respirarlo.
Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del cenit al nadir porque ése es tu destino, tu miserable destino. Y mientras de más alto caigas, más alto será el rebote, más larga tu duración en la memoria de la piedra.
Hemos saltado del vientre de nuestra madre o del borde de una estrella y vamos cayendo.
Ah mi paracaídas, la única rosa perfumada de la atmósfera, la rosa de la muerte, despeñada entre los astros de la muerte.
¿Habéis oído? Ese es el ruido siniestro de los pechos cerrados.
Abre la puerta de tu alma y sal a respirar al lado afuera. Puedes abrir con un suspiro la puerta que haya cerrado el huracán.
Hombre, he ahí tu paracaídas maravilloso como el vértigo.
Poeta, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el imán del abismo.
Mago, he ahí tu paracaídas que una palabra tuya puede convertir en un parasubidas maravilloso como el relámpago que quisiera cegar al creador.
¿Qué esperas?
Mas he ahí el secreto del Tenebroso que olvidó sonreír.
Y el paracaídas aguarda amarrado a la puerta como el caballo de la fuga interminable.



Lee todos los cantos aquí

miércoles, 12 de marzo de 2008

En sólo un segundo


Por un segundo he dejado la soledad abrumadora de la que he sido víctima todos estos años. He sido liberada de la esclavitud del tiempo que pasa lento y vacio. Las ventanas se han abierto para recibir al sol y nuevas luces, mientras mi alma se contenta con sus ojos ciegos al ver que no todo está perdido. Luego de infinidad de segundos de vagar en oscuridades, de ver frías estrellas y arrogantes lunas todo cambia rápidamente en movimientos lentos. Todo cambia, pues se revelan nuevas verdades. A la luz de un nuevo sol que es rojo y de todos colores, al compás de una música estruendosa y muda, rodeada de flores fragantes, dulces, ácidas y sin aroma, al toque de un mundo intangible que se desploma, mi destino se revela bajo mis ojos cerrados. En aquel segundo que duró eternidades pude ver dioses, ángeles y también demonios, observé amaneceres al tiempo de los ocasos y al mismo tiempo un nacimiento y una muerte. Sentí la felicidad y la desoladora tristeza, la dicha y la desdicha, corazones abiertos, almas vagando y reconocí la mía transparente, invisible, frágil y débil, desquiciada llorando. Oscuros laberintos atravesó mi alma bajo noches eternas estrelladas sin dulce luna y todo ese llanto que ha sido derramado fue evaporado por un sólo segundo. Ese segundo más largo que la eternidad de la vida.

martes, 4 de marzo de 2008

Este Amor...

Este amor
tan violento
tan frágil
tan tierno
tan desesperado
este amor
hermoso como el día
y malvado como el tiempo
cuando el tiempo es malvado
este amor tan verdadero
este amor tan hermoso
tan feliz tan jovial
y tan absurdo
tembloroso de miedo como un niño en lo oscuro
y tan seguro de sí mismo
como un hombre tranquilo entre la noche
este amor que atemorizaba a los otros
excitaba su lengua
y los hacía palidecer
este amor acechado
porque nosotros lo acechábamos
cercado herido pisoteado aniquilado negado olvidado
porque nosotros lo hemos cercado herido
pisoteado aniquilado negado olvidado
este total amor
aún viviente
y pleno de sol
es el tuyo
es el mío
es el que siempre ha sido
esta cosa a cada instante nueva
pero la misma siempre
tan real como una planta
tan tembloroso como un pájaro
tan cálido tan viviente como el verano
nosotros
los dos
podemos ir y retornar
podemos olvidar
y volvernos a dormir después
podemos despertar sufrir envejecer
y dormirnos otra vez todavía
soñar con la muerte
desvelarnos sonreír y reír
y rejuvenecer
nuestro amor es el mismo
obstinado como un asno
vivo como el deseo
cruel como la memoria
necio como los pesares
tierno como el recuerdo
frío como el mármol
hermoso como el día
frágil como un niño
nos contempla sonriendo
y nos habla sin decirnos nada
y yo lo escucho tembloroso
y grito
grito por ti
grito por mí
yo te suplico
por ti y por mi y por todos aquellos que se aman
y se han amado
por ti y por mi y por todos aquellos a quienes no conozco
quédate allí,
allí donde tú estás
donde tú estabas
quédate
no te muevas
no te vayas
nosotros que somos amados
te hemos olvidado
no nos olvides tú
nosotros no teníamos sino a ti sobre el mundo
no nos dejes helarnos
desde más lejos cada día
desde no importa dónde
dirígenos señales de tu vida
más tarde aún desde el rincón de un bosque
en el fondo de la selva de la memoria
levántate súbitamente
tiende la mano hacia nosotros
y sálvanos.


JACQUES PREVERT

lunes, 18 de febrero de 2008

Soneto XLIV

Sabrás que no te amo y que te amo
puesto que de dos modos es la vida,
la palabra es un ala del silencio
el fuego tiene una mitad de frío.

Yo te amo para comenzar a amarte,
para recomenzar el infinito
y para no dejar de amarte nunca:
por eso no te amo todavía.

Te amo y no te amo como si tuviera
en mis manos las llaves de la dicha
y un incierto destino desdichado.

Mi amor tiene dos vidas para amarte.
Por eso te amo cuando no te amo
y por eso te amo cuando te amo.



Pablo Neruda, poeta chileno.

martes, 1 de enero de 2008

Bienvenido 2008

Me siento lista, preparada y contenta de despedir al viejo año y darle la mejor bienvenida al 2008. Estoy lista para un discurso mamón...
No quiero evaluar mi 2007, no quiero decir que fue lo mejor ni lo peor.
Ni siquiera quiero hablar acerca de lo que deseo para el 2008, bueno, no tanto.

Me gusta pensar que "hoy" es mejor que "ayer", pero definitivamente peor que "mañana", y siguiendo tan "esplendida filosofía" espero que este 2008 supere con creces el 2007.

Sí claro, ojalá se acaben las guerras, la gente tome conciencia de que está destruyendo el planeta, que se respeten los derechos del hombre, de la mujer, de los niños, y del resto de los animales, que la gente note que estamos estancados en inevolución y hagamos algo al respecto.

Pero claro, son sólo deseos por una noche, ya que al despertar pareciera que nos olvidamos y todo sigue tal cual.

Como no espero nada del resto del mundo, sólo me plantearé un par de objetivos sencillos: lograr ser una ayuda para mi planeta y lograr mantener encantados a mis seres queridos que tanto me adoran.

Quiero dar las gracias por soportarme a Cynthia, Mónica, Pablo, Oscar y Juan David por ser mis mejores amigos siempre. Los amo.

Lo siguiente sonará prefabricado al máximo, pero son deseos sinceros: realmente espero que cada uno de ustedes se acerque cada vez más a su expectativa final, a su visión.

Feliz Año Nuevo, feliz 2008.