lunes, 16 de julio de 2007

Trivialidades...


En una conversación trivial, se me ha presentado nuevamente el tópico de la fe, el conformismo y la felicidad.
Y es que si nos remontamos a publicaciones antiguas de este humilde blog, puedo encontrar contradicciones con lo que pienso actualmente.
Sucede que como en todo humano normal, mis ideas van evolucionando.
Hace un tiempo que cualquier fe que haya tenido se ha transformado en un credo más subjetivo de lo que suele ser, teniendo un concepto de Dios poco claro y más bien ambiguo. He tenido experiencias que podrían hacer a cualquier cristiano corriente, convertirse en el fanático más fervoroso de su religión, pero para mi, sólo se ha convertido en
otra excusa más para hacer a este Dios sólo mío, personal e inividual, ya que siento que está sólo para mi cuando he de necesitarlo.
Claro está, mi Dios no es un ser perfecto que vive por mi, hay cosas que por lógica y por batallar la flojera humana, he de hacer yo misma, creo que mi razón es más de orgullo... Como sea, las veces en las que he fallado, no recuerdo haberle echado la culpa a ningún Dios, creo que cualquier error cometido, es consecuencia, tan sólo, de nuestras propias desiciones. No hay ningún Dios, ni siquiera un demonio o diablo responsable, creo que hay ser un poco maduro para aceptarlo o simplemente darse cuenta de ello.
Hace tiempo pensaba, también, que era una maldición creer o querer otras cosas, darme cuenta de que en todo lo que está estipulado hoy en día hay espacios negros, nulos, los cu
ales no se llenan con nada, y que la gente no parece notar, o a lo mejor le acomoda tanto que tan sólo se dejan llevar. Quizás, y es lo que más me convence hasta el día de hoy, lo omiten para evitarse pensar de más o evitarse tener otra preocupación de carácter inútil en sus vidas, se conforman con lo que hay, no piensan más allá.
Esa gente, resuelve sus problemas cotidianos de manera normal, sin mayores preocupaciones existenciales, y logran ser un poco más felices que yo, al menos.
Me resultaba curioso hace un tiempo esta situación, y me preguntaba sumida en angustía, "¿no será que estoy eligiendo mal? a lo mejor debería conformarme igual que el resto y evitarme pensar en que creer realmente o si es que existe algo en que creer, ¿sería más feliz de esa manera?"



El día de hoy tengo esa respuesta, pero sólo me atrevería a decir que es aplicable para mi, ya que los humanos somos todos distintos, diferentes e individuales.
El día de hoy, sé que no podría ser feliz conformándome con lo que existe, sé que no podría hallar la felicidad siendo alguien que no soy. Es inherente en mi la curiosidad por todo, y no podría estar tranquila en este mundo privándome de, por lo menos, encontrar respuestas tentativas.
Si bien, en la búsqueda de las respuestas a esas preguntas que día a día me acechan, que van desde una creencia pseudo-religiosa hasta características propias y personales que me discuto, puedan hacerme sufrir, tenerme distraída, confundida y mal, muy dentro de mí, sé estoy que estoy un paso más cerca de la anhelada felicidad, ya que no me he quedado atrás y pronto descubriré lo que me hace falta saber o me inventaré nuevamente, hasta encontrar a ese ser integral que algún
día espero ser.

2 comentarios:

Juan David dijo...

No creo que sean trivialidades en absoluto el formularse esas cuestiones, creo que son más bien una muestra de que tu pensamiento ha evolucionado y es más inquisitivo que el pensamiento del común. Piensa que hay gente que pasa por la vida sin llegar a preguntarse ninguna de estas cuestiones.

Luna Lobos dijo...

Jajajaja
De ahí la ironía del titulo
Abrazos^^