sábado, 9 de mayo de 2009

¡Se cierra el boliche!



Se da por cerrado este blog. Si quiere seguir leyendo las tonteras que escribo, sígame a este blog.
Gracias a todos aquellos que pasan por aquí =D, espero leer sus comentarios en mi nuevo hogar.

Hasta siempre.

martes, 6 de enero de 2009

Reciclados I

Happy Hour
Había sido un buen día, uno de esos que mejoran a las 12. Cansada bajé los 22 peldaños de la escalera del metro, me dolía el estómago. Me afectó el saber que el horario punta correspondía a las 19:12 horas, y que aparte de pagar $40 de más, compartiría mi metro cuadrado con 5 personas. Trece estaciones debía aguantar, no pude con el número maldito y en la doceava me bajé y caminé a casa. Tres paraderos tuve que caminar y un cigarrillo me fumé mientras caminaba por la fría e iluminada vereda. Un cigarrillo que a la mitad me cayó mal y tuve que apagarlo. Cinco cuadras mantuve el cigarro apagado en mi mano, cero basureros encontré. Millones de pensamientos cruzaban mi cabeza, casi cinco mil pasos dados en vano.Me tocó semaforo verde, crucé la calle. Ya no me dolía el estómago, pero se me apretó el pecho. Recordé las 15 llamadas que hice esa semana a mis 3 amigos, recordé las cero que recibí. Conocí el portón en mi frente, llegué a casa. Esa casa que difícilmente puede ser llamada hogar. Una mano me abrió la puerta, una boca me saludó, dos personas me miraron, dos más me dieron la espalda, mis pies se dirigieron al baño, el mareo ya no lo aguantaba, me agaché frente al inodoro y me deshice de la comida, de la bebida y del humo, en cinco segundos todo desapareció, mojé mi cara y la mantuve un rato sumergida. Me atacó el sueño, pasé por el pasillo a la estrecha cocina, una voz me insultó. Me refugio en mi habitación, esclava de cuatro paredes, incómoda en una plaza de colchón. Aparté mi ropa de mi cuerpo y un fuerte escalofrío recorrió mi espalda. Intenté dormir, pero mis ojos se mantuvieron abiertos, los cerré y los abrí nuevamente, eran las 7am, debía levantarme para ir a trabajar. Sería un buen día, uno de esos que mejoran a las 12.

lunes, 5 de enero de 2009

2009

¡Cinco! Cierro los ojos.
¡Cuatro! Me paro firme sobre el suelo.
¡Tres! Doblo mis rodillas y levanto los brazos.
¡Dos! Salto al mar y me sumerjo…
¡Uno! Nado hacia la superficie, el mar ha borrado todos mis errores.
¡Feliz año nuevo!